12 de octubre de 2015

Viajamos a Portugal pero nunca llegamos. Parte 5.


Desde Zugarramurdi decidimos ir directos hasta Le Penon para hacer noche allí.



Nuestra intención al día siguiente era la de continuar por la costa francesa desde Le Penon hacia arriba.

Pillar olas en las Landas es sinónimo de madrugar. A las seis de la mañana la gente ya tiene los picos que funcionan controlados. Normalmente a partir del mediodía se levanta el viento de mar y se estropean bastante las cosas.

Foto: Chequear a las 06:00 A.M., algo normal y casi ley de vida.
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Al levantarnos vimos que desde Le Penon hasta Capbreton había multipicos. Cada 200 metros de playa te encontrabas con un pico distinto y no pudimos evitar la tentación de quedarnos.

Foto: Zonas de surf y de baño siempre acotadas.

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En este viaje lo de hacer planes de futuro no era una buena idea.

Los 3 próximos dias fueron raros. Días como de tormenta, alternándose nubes y claros. Esta circunstancia nos benefició mucho porque no se movía el viento en todo el día, pudiendo disfrutar de las olas de sol a sol sin necesidad de madrugar, algo que nunca me había pasado en Las Landas.

Foto: Las olas son potentes y muchas veces cerquísima de la orilla. Todo un espectáculo del que los bañistas no pierden detalle.
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En la actualidad se está disputando la prueba del campeonato mundial de surf en Las Landas y estoy viendo que tampoco tienen problemas con el viento, disfrutando de olas épicas durante todo el día y muchos días seguidos. Así que algo que yo consideraba una excepción resulta que alomejor no lo es tanto.

Foto: Las orilleras por suerte eran muy asequibles.
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El nivel de surf era de otro planeta. Tan, tan estratosférico que merece la pena dedicarle en excusiva la próxima entrada del blog.

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