20 de mayo de 2010

La magia de un shaper.




Si te pasa esto te planteas si reparar o no, muchas veces no valdrá la pena y otras si.
Imaginas como puede quedar la tabla, si irá igual que antes si cogerá demasiado peso y muchas más cosas.
Decidí repararla y me lo agradeció con muchos y buenos baños, muchas olas, muchas playas, viajes y todo iba viento en popa hasta que llegó Air Europa.

Foto: Antes de la reparación.



Ésto ya era otro tema, no era una rotura limpia como la anterior, era un desgarro, no encajaban muy bién las dos partes y otra reparación encima me parecía demasiado.

Pasó mucho tiempo tirada en casa, cada vez que la veía me recordaba buenos baños y buenos momentos así que decidí darle otra oportunidad.

Le llevé la tabla a Ricardo, la miró y vió lo que realmente había, aquello era un desastre por todos lados.
Me dijo que si fuese él no la reparaba pero que si yo quería arreglarla se arreglaba.
Al final decidí arreglarla y salí de su taller mirando las estupendas vistas de la playa de Valdoviño pensando que aquella tabla nunca más volvería al agua salada y que tras pegarla se quedaría de decoración en el salón o la habitación de casa.

Días más tarde recibo un mensaje, esta vez no era Vodafone:

"- Puedes pasarte a por la tabla cuando quieras, no se si te va a gustar"

A las pocas horas estaba en la puerta del taller, antes de entrar Ricardo me dijo:

"- Si no te gusta me lo dices, que como me dijiste que hiciese lo que quiesiera me tomé ciertas libertades"

Tiramos para dentro, vi varias tablas por las esquinas y una en el centro del taller sobre unos caballetes. Me apoyé en ella con una mano y con la mirada me pusé a buscar mi tabla pero no la encontraba.

"-Joder, Néstor, mira por ahí a ver si la ves que no me acuerdo donde dejé tu tabla."

Le di otra pasada rápida con la mirada a las tablas del taller y cuando bajé la mirada sobre la tabla en la que me había apoyado descubrí que era la mia y no la había ni reconocido.

En el primer baño las sensaciones fueron buenísimas pero le eché la culpa a las olas que también lo eran.

Tras dos semanas con ella puedo decir que me va como me iba antes, estoy encantado de haberle dado una segunda oportunidad y de lo único que me arrepiento es de no haberle quitado fotos en las que se viese viese bién como estaba antes de la reparación para poder apreciar bién el trabajo de estos brujos-gurús del surf que pasan horas entre resinas y lijas.

Foto: Un nuevo bautizo.


Foto: La resurrección, muchas gracias Ricardo.


Ya sabeis, si teneis mala suerte y os vais para casa con un buen toque en la tabla podeis poneros en contacto con Ricardo, lo encontrareis en su taller Toma Goma Surfboards regalando ilusiones.

4 comentarios:

Juan dijo...

"muchas olas, muchas playas, viajes..." y los que le quedan Néstor! Sólo hay que pensar el destino - ruta! jajaja
Suerte!

Kiko dijo...

que che dixen!!

a miña deixouna de puta madre!

é un craque!

Tonylopex dijo...

Bonito post Nestor y sobre todo que buen trabajo de Ricardo, es un maquinon.

Xabre dijo...

Gracias. Estoy aprendiendo siempre, ese es el camino......
La "cerilla" quedó bien, me alegro que funcione.
Lo de brujos-gurús, déjalo para las revistas especializadas. Ellas son quienes dicen quien es bueno y quien no.
Yo me considero artesano aprendiz....
Kiko, ¿funciona la tuya aún?
Un saludo.